domingo, 3 de enero de 2016

1.1.6

Entre tantas ramas y hojas en el suelo, puedo divisar de manera turbia entre las estrias de las cortezas, sus ojos, todas esas miradas, las que se van, las que no quiero que vuelvan, las que sé que no volverán...
En cada paso que va luchando contra la gravedad, puedo sentir aún aquellas caricias, todas aquellas que se lavaron con el viento, que se quedaron como improntas en mi mente y que poco a poco se extinguieron.
Mientras busco un lugar sobre las piedras cerca al río puedo recordar cada forma de caminar de cada una de esas aves, sus alas emprendieron vuelo y ahora tienen rumbos tan lejanos y tan ajenos...aún disfrutamos de cada abrazo, lo mas esperado de las noches y aún morimos de pasión en cada primer beso...
Quisiera dedicar cada gota de lluvia a cada beso repartido, los que me diste, los que te di a ti tras el viento, quisiera decir muchas veces que deseo vivir fuera del tiempo y de las despedidas, pero es posible que el sonido del agua al correr me haga recordar que cada despedida marca el sabor preciso perfecto de la esencia de ese momento, aquel que se va con cada apretón de labios, los labios tuyos y mios al simular un beso traidor...
Veamos como se pone el sol, disfrutaré de la compañía de todos mis fantasmas, de todos mis miedos, les daré un beso tierno y les diré que no se preocupen que ya es tiempo de partir, que se transformen con cada rayo de luz y que se materialicen en algo hermoso, hoy ya no busco mas abrazos extraños que anhelo conocer, hoy en esta pequeña parte de mi bosque interno que se va iluminando, están mis brazos aguardando ese abrazo eterno de amor y de paz que solo conmigo puedo expresar, sentirlo y fundirme.
Hoy debo agradecer a cada una de esas aves, que me dieron los besos mas caprichosos, idílicos y sustancialmente bellos, que se fueron y me dejaron enseñanzas.

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