viernes, 12 de agosto de 2011

Es como una droga... la de Sartre y tú

Salgo, se cierra la puerta, me alejo...
La calle esta vacía...algún coche pasa y alumbra la acera, el viento muevelas hojas de los arboles, escucho el sonido de mis botas, trato de sumergirme en un sin fin de pensamientos abstractos, siento que observan me doy cuenta que hay un grupo de niños en la plaza, puedo oír sus risas... esas risas liberan sensaciones y un hormigueo en todo mi cuerpo...esas risas eran interminables cuando tenía la edad de esos pequeños...me he dado cuenta que salí del vecindario...el ruido de los motores son asfixiados por el piano que suena en mis oídos...mi andar se vuelve más seguido, me he cruzado con varias personas pero no he visto sus rostros...solo han pasado...espero que cambie la luz y sigo aligerando el ritmo de mis pasos...mi melena se aferra a mi cuerpo somo si tratara de decirme algo... si la entiendo, la nostalgia se apodera de mis palabras y me pierdo, comienza el largo viaje... me hundo en el asiento y cuando bajo trato de aniquilar mi necesidad y ansiedad con algo que engulla mi garganta, sin pensar ingreso pero yo se que ando pensando que te encontrare, el ser humano se acostumbra a tener la conexión con el estimulo que da energía a su mundo... el despertar era más intenso con tan solo pensar en el dínamo que movia mi entorno... la conexión se esfumo, se perdió entre frases que quedaron en un cajón, arribó a mi la nostalgia...

Y cuando despierto me doy cuenta que dejé de soñar... y me pierdo en la imagen que Sartré dibujo para mí en aquel relato infinito de sus pasos...


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